A pesar de todos los adelantos médicos y científicos que se han dado en las últimas décadas, el ser humano todavía tiene que lidiar con un buen número de enfermedades crónicas. Este tipo de dolencias son incurables y hay que aprender a vivir con ellas, aunque eso no significa que estemos siempre enfermos. Los síntomas de estas enfermedades varían mucho, tanto en su intensidad como en su cantidad. Por eso podemos mantener, gracias a ciertos tratamientos, un buen estado de salud a pesar de sufrir este tipo de dolencias. Hay enfermedades que son crónicas en su origen, y otras que se vuelvan así por la falta de tratamiento o por unos malos hábitos del enfermo. La enfermedad de Crohn, sin embargo, es del primer tipo, un desorden que parece tener su origen en la genético y en factores ambientales, y puede ser terriblemente compleja de tratar.
Los enfermos de Crohn están subiendo en número en los últimos años, y parece que esta dolencia va a más. Curiosamente, es mucho más común en Europa y Norteamérica que en África o en Asia, donde su incidencia es mucho más reducida. Esto puede tener que ver con la alimentación en estos países, o con la propia genética de cada grupo dominante, principalmente caucásicos en ambos territorios. La incidencia es de 3,2 casos por cada 1000 personas. Su aparición suele enfocarse sobre todo en la veintena o en la adolescencia, aunque en realidad puede surgir a cualquier edad. Es necesario detectarla lo antes posible, para evitar que la enfermedad vaya a más, y tratar de contener los síntomas más graves todo el tiempo posible. Según los estudios más recientes, los enfermos de Crohn suelen tener una esperanza de vida ligeramente más baja que la media, algo que lleva a pensar que esta enfermedad puede afectar de forma grave a nuestro organismo. De hecho, se está estudiando la relación entre enfermedad de Crohn y cáncer de colon, uno de los más fatales que existen.
Qué es la enfermedad de Crohn
Se llama enfermedad de Crohn a la enfermedad inflamatoria intestinal crónica que afecta a diversas partes de nuestro aparato digestivo. En la mayoría de los casos, las zonas más afectadas son el extremo inferior del intestino delgado, y el comienzo del intestino grueso. Es, junto a la colitis ulcerosa, la principal enfermedad inflamatoria que afecta al sistema digestivo. De hecho, ambas afecciones pueden aparecer a la vez, o provocarse mutuamente. La inflamación del intestino de forma crónica puede conllevar la aparición de obstrucciones intestinales, un síntoma bastante grave de esta dolencia que puede acarrear problemas importantes si no se frena a tiempo. La enfermedad de Crohn es crónica y por tanto, no se puede curar, aunque sí tratarte para hacer que los síntomas remitan.
Qué causa la enfermedad de Crohn
La causa real de la enfermedad de Crohn es por ahora desconocida. Se han realizado todo tipo de estudios, y se ha llegado a ciertas conclusiones, pero es cierto que no hay una causa concreta de origen claro. Se sabe que la inflamación viene producida por un ataque del propio organismo a ciertos microbióticos que se encuentran en el sistema digestivo, por lo que podría considerarse una enfermedad autoinmune. Sin embargo, todavía no se ha llegado a la conclusión de porqué ocurre eso en esas personas en concreto. Los estudios que apuntan a un origen genético parecen estar más cerca de encontrar la respuesta. Y es que en muchos casos, la predisposición a sufrir enfermedad de Crohn estaba precisamente en los genes. Sin embargo, otros factores ambientales también han podido incidir en la aparición de esta enfermedad, o en su desencadenamiento en un momento dado.
Síntomas
Al ser una enfermedad crónica, los esfuerzos médicos se están concentrando actualmente en reducir los síntomas, especialmente los más graves y desagradables. La enfermedad de Crohn suele dar la cara a partir de la adolescencia, con síntomas bastante claros como la irritabilidad en el estómago, diarrea, presencia de sangre en las heces, pérdida de apetito, fiebre y fatiga. Los dolores intestinales inexplicables son también una causa muy habitual, que nos lleva en muchos casos a pensar que podemos tener una dolencia más grave de lo que parece. Como en cualquier otra enfermedad crónica, los síntomas se vuelven más o menos intensos dependiendo de muchos factores, por lo que siempre afectarán al enfermo, aunque no en la misma media. La enfermedad puede provocar también secreciones y sarpullidos en la piel y los ojos, así como cálculos renales, por la inflamación excesiva del intestino.
¿Tiene cura?
La enfermedad de Crohn es una dolencia crónica, es decir, que dura toda la vida y no tiene cura, al menos por ahora. La enfermedad suele aparecer en la juventud del enfermo, aunque también hay casos en los que se ha desarrollado más tarde. Al no tener cura, puesto que tampoco se ha conseguido encontrar el verdadero origen de la dolencia, los médicos se han concentrado mucho más en prevenir las recaídas y reducir los molestos síntomas. Un enfermo de Crohn puede llevar una vida prácticamente normal siempre que tome ciertas precauciones, como no tomar comidas que irriten su estómago, o evitar el tabaco y el alcohol. Estos productos suelen aumentar la posibilidad de aparición de síntomas, por lo que cuanto más nos alejemos de ellos mejor estaremos.
Aprender a vivir con ella
Al tratarse de una enfermedad crónica, el paciente debe vivir toda la vida con ella y entender que, al menos mientras no haya cura, debe tomar ciertas precauciones. Los síntomas más duros de la enfermedad suelen ser muy desagradables, y eso hace que los afectados se tomen en serio evitarlos. Esto afecta sobre todo a la comida y a la bebida que se ingiere, así como a la exposición a ciertas sustancias que podrían inflamar nuestro sistema digestivo. La mayoría de afectados por la enfermedad de Crohn tienen que ser hospitalizados al menos una vez en su vida por este problema, por una gran recaída, por ejemplo. Muchos también son operados en algún momento de su juventud para intentar prevenir que los síntomas vayan a más. Por culpa de la enfermedad, muchos pacientes pueden sufrir cálculos renales y obstrucciones intestinales, que también deben ser curadas a tiempo, para evitar males mayores. Con un tratamiento adecuado y las precauciones necesarias, el enfermo de Crohn puede ver como su vida transcurre relativamente tranquila, a pesar de la dolencia.